Carta al docente
Un proceso
de enseñanza aprendizaje sea convencional con solo tiza, borrador y pizarra, sea
virtual, semipresencial, presencial con tecnología, sea cual sea, nunca dejes
de ser ese guía para tus estudiantes. Que tus huellas queden marcadas y sean
fuente de inspiración para tus estudiantes, ser ese pilar o soporte para lograr
los objetivos, no de una asignatura, o de terminar un periodo de clase, sino de
formar parte de las competencias que desarrolle un profesional, pues mañana será
tu reemplazo. Y supongo, que tú quieres una versión mejorada.
El rol de un docente nunca debería cambiar, aunque los escenarios cambien, los contenidos se adapten a ellos y a las competencias que se deseen desarrollar dependiendo de lo que exija el mercado laboral. La tecnología seguirá formando parte de todo nuestro diario vivir y es muy cambiante. Un contenido nunca puede ser estático, la cantidad de recursos que existen en la web, la variabilidad de aplicaciones y herramientas, permiten lograr actualización constante.
Hazte un propósito a modo de prueba al iniciar tus clases y combina los siguientes ingredientes: mucha actitud positiva y proactiva, un poco de creatividad, coloca actividades de interacción y colaboración, quita un poco el miedo a experimentar lo desconocido, atrévete a navegar y buscar información en internet, un toque personalizado de ti a emprender tus ideas, reinvéntate cada vez que sea necesario, no te limites a otras oportunidades y posibilidad de enseñar y aprender. Descongélate y recongélate cuantas veces se requiera, pero no digas, no puedo.
El toque final
y mágico: ser resiliente y haz todo con amor, veras el resultado final…,ahhhh
se me olvidaba algo. No dejes de sonreír.
La pandemia Covid-19, es un experimento, que nos ha afectado a todos a nivel mundial, en todos los aspectos de nuestras vidas. Marca un antes y un después. Nada podrá ser igual, reinventarse es la mejor decisión.
Elizabeth Cuello.
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